domingo, 27 de noviembre de 2016

LA ORIENTACIÓN DESDE LA PERSPECTIVA ESCOLAR

LA ORIENTACIÓN DESDE LA PERSPECTIVA ESCOLAR

Desde una perspectiva generalista  este tipo de orientación se centra en el maestro como principal protagonista y figura dinamizadora, en donde  el maestro es el intermediario entre la labor educativa y el sujeto de la orientación. La función tutorial se ocuparía de proveer de información de nuevas situaciones académicas y proporcionar criterios racionales capaces de evaluarlos y de ayudar a establecer y modificar los objetivos educativos, vocacionales y vitales en función de los cambios tanto internos como externos.
De entre estas bases conceptuales se pueden inducir una serie de principios presentes en la perspectiva educativa que sería fundamentalmente:

  • La relativa sinonimia entre orientación y educación.
  • La necesidad de contar, desde un principio, con las aportaciones de la teoría de las relaciones humanas y de la pedagogía y psicología diferenciales y evolutivas.
  • La simbiosis en las acciones y programas de instrucción y los objetivos de esta en los currículos escolares, lo mismo de primaria  que de secundaria.
  • La falta de creencia en la oportunidad de una profesión altamente especializada, colocando el acento en la labor del profesor o del tutor como más indicado para informar al alumno.


Modelos más representativos de esta perspectiva

La orientación dentro del sistema escolar
R. Gal (1946), M. Renchlin (1964), y Roger (1967), defienden la postura de que la orientación está garantizada por los profesores previos  a una preparación especializada, y proponen dos áreas de intervención: el conocimiento del alumno y la información dirigida al niño y su familia. Este modelo además detalla minuciosamente  las características del proceso orientador según se desarrolle en niveles primarios, medios o superiores.

La orientación en el aula

Es el maestro quien  través de un apropiado clima de optimismo, confianza y cooperación, debe conseguir un adecuada integración de la labor orientadora en la práctica diaria de la enseñanza, sin diferenciar las planificaciones curriculares de las extracurriculares. Los objetivos  del maestro en orientar son:

  • Proporcionar a cada alumno tareas significativas acorde con sus capacidades.
  • Tener en cuenta los problemas de todos al impartir las instrucciones necesarias, para que cada alumno tenga éxito en la realización de dichas tareas y obtener satisfacción de ellas.
  • Acentuar lo positivo, destacando lo que el alumno hace bien.
  • Descubrir las dificultades o condiciones desfavorables que pudieran obstaculizar los progresos, educativo y personal, del alumno.
  • Ayudar a corregir o erradicar dichas dificultades a través de la observación diaria  de los alumnos.
  • Proporcionar oportunidades para descubrir aptitudes vocacionales y específicas, y potenciar el desarrollo de la creatividad.
  • Desarrollar buenos hábitos de trabajo y aptitudes evaluadoras y críticas.
  • Desarrollar el sentido de la responsabilidad social y racional.
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La orientación dirigida a los tutores

En términos generales, este modelo ha tenido éxito, en cuanto ha sido aplicado en los ciclos de la enseñanza secundaria, en aquellos países en que un grupo de alumnos de bachillerato o de formación profesional es adscrito a un profesor con la misión fundamental de asesoría y tutela en toda panorámica de necesidades propias de la adolescencia.



Estrategias más recientes

Ø La orientación centrada en el alumno o no directiva propuesta por C.R. Rogers en 1951, que asimilaba al profesor como facilitador del aprendizaje.
Ø La orientación hacia la salud e higiene mental previsora del fracaso escolar (W. Glasser, 1965), en la que han de intervenir forzosamente escuela y sociedad y en la que el profesor es un auxiliar para la resolución de problemas instructivos.
Ø La orientación como mecanismo potenciador de las relaciones humanas, configurando las condiciones para un desarrollo emotivo y personal optimo basándose en las teorías de la comunicación, en la explotación de sí mismo y en la facilitación del crecimiento personal.
Ø La inclusión de la teoría de la jerarquía de valores que, evitando posturas de adoctrinamiento o prescriptivas, desarrollar  en cada individuo habilidades funcionales para su personal toma de decisiones dentro de una perspectiva de desarrollo moral y ético.
Ø La tendencia a adoptar el concepto de la orientación es una forma más de instrucción, por lo que el desarrollo curricular hace precisa una estrecha cooperación entre profesores y orientadores y hace que estos progresivamente devengan facilitadores del currículum.

  La orientación profesional debe replantear sus funciones y protagonismo desde una perspectiva más compleja, relacionada además, con las nuevas tendencias de la educación para la carrera o preparación para la vida profesional futura. Este replanteamiento exige tener presentes las siguientes premisas:

1.  La orientación actual debe ser no sólo un proceso por el que se ayuda al joven a transitar, sino el conjunto de programas que ayuda a los individuos  de toda edad y circunstancia a vivir vidas más eficaces y provechosas y a desarrollar sus funciones de ciudadanía.
2.  La orientación ha de dejar de ser un servicio que se presta en momentos de crisis para prevenir un programa comprensivo que fomente el desarrollo humano desde la primera infancia hacia la adultez basándose en las necesidades no sólo personales, sino sociales.
3.  La orientación ha pasado de estimar las aptitudes e intereses de los individuos a ayudar en el desarrollo de destrezas para el propio conocimiento.

La formación profesional para la transición escuela/vida adulta es una modalidad de la formación profesional clásica, el componente esencial de los programas de transición es proveer al joven de una serie de herramientas para que reflexione con realismo sobre su papel en la ciudadanía y en la vida del adulto. La transición es un proceso, no un paso, que se inicia al optar por seguir unos u otros estudios que suelen terminar con la incorporación a la sociedad adulta con un empleo.

Los objetos académicos que deberán alcanzarse serian:

  • Conocer las oportunidades educativas y laborales que existan.
  • Conocerse a sí mismo de una forma realista, deshaciendo los tópicos y los estereotipos profesionales.
  • Aprender a tomar decisiones sobre el propio futuro profesional, considerando las distintas alternativas y conocimientos fácilmente trasladables al desarrollo curricular.
  •  Poseer conocimientos y desarrollar destrezas para solucionar los problemas de las transiciones.

Los programas de orientación específicamente diseñados para las transiciones deberán crear vínculos escuela/empresa, definiendo muy específicamente cuales serán los correspondientes papeles de una y otra planificación. Los programas de orientación en la transición deberán responder a los problemas de la sociedad y a las necesidades de los orientados, así como estar definitivamente provistos de profesionales competentes, capaces de cubrir los aspectos mínimos. Cualquier planteamiento orientador precisa un marco de referencia y político que facilite la puesta en marcha de sus fases y la correcta organización y distribución de los recursos.


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