LA ORIENTACIÓN DESDE LA PERSPECTIVA
ESCOLAR
Desde
una perspectiva generalista este tipo de
orientación se centra en el maestro como principal protagonista y figura
dinamizadora, en donde el maestro es el
intermediario entre la labor educativa y el sujeto de la orientación. La
función tutorial se ocuparía de proveer de información de nuevas situaciones
académicas y proporcionar criterios racionales capaces de evaluarlos y de
ayudar a establecer y modificar los objetivos educativos, vocacionales y
vitales en función de los cambios tanto internos como externos.
De entre estas bases conceptuales se pueden
inducir una serie de principios presentes en la perspectiva educativa que sería
fundamentalmente:
- La relativa sinonimia entre orientación y educación.
- La necesidad de contar, desde un principio, con las aportaciones de la teoría de las relaciones humanas y de la pedagogía y psicología diferenciales y evolutivas.
- La simbiosis en las acciones y programas de instrucción y los objetivos de esta en los currículos escolares, lo mismo de primaria que de secundaria.
- La falta de creencia en la oportunidad de una profesión altamente especializada, colocando el acento en la labor del profesor o del tutor como más indicado para informar al alumno.
Modelos más representativos de esta
perspectiva
La
orientación dentro del sistema escolar
R.
Gal (1946), M. Renchlin (1964), y Roger (1967), defienden la postura de que la
orientación está garantizada por los profesores previos a una preparación especializada, y proponen
dos áreas de intervención: el conocimiento del alumno y la información dirigida
al niño y su familia. Este modelo además detalla minuciosamente las características del proceso orientador
según se desarrolle en niveles primarios, medios o superiores.
La orientación en el aula
Es
el maestro quien través de un apropiado
clima de optimismo, confianza y cooperación, debe conseguir un adecuada
integración de la labor orientadora en la práctica diaria de la enseñanza, sin
diferenciar las planificaciones curriculares de las extracurriculares. Los
objetivos del maestro en orientar son:
- Proporcionar a cada alumno tareas significativas acorde con sus capacidades.
- Tener en cuenta los problemas de todos al impartir las instrucciones necesarias, para que cada alumno tenga éxito en la realización de dichas tareas y obtener satisfacción de ellas.
- Acentuar lo positivo, destacando lo que el alumno hace bien.
- Descubrir las dificultades o condiciones desfavorables que pudieran obstaculizar los progresos, educativo y personal, del alumno.
- Ayudar a corregir o erradicar dichas dificultades a través de la observación diaria de los alumnos.
- Proporcionar oportunidades para descubrir aptitudes vocacionales y específicas, y potenciar el desarrollo de la creatividad.
- Desarrollar buenos hábitos de trabajo y aptitudes evaluadoras y críticas.
- Desarrollar el sentido de la responsabilidad social y racional.
La
orientación dirigida a los tutores
En
términos generales, este modelo ha tenido éxito, en cuanto ha sido aplicado en
los ciclos de la enseñanza secundaria, en aquellos países en que un grupo de
alumnos de bachillerato o de formación profesional es adscrito a un profesor
con la misión fundamental de asesoría y tutela en toda panorámica de
necesidades propias de la adolescencia.
Estrategias más recientes
Ø La
orientación centrada en el alumno o no directiva propuesta por C.R. Rogers en
1951, que asimilaba al profesor como facilitador del aprendizaje.
Ø La
orientación hacia la salud e higiene mental previsora del fracaso escolar (W.
Glasser, 1965), en la que han de intervenir forzosamente escuela y sociedad y
en la que el profesor es un auxiliar para la resolución de problemas
instructivos.
Ø La
orientación como mecanismo potenciador de las relaciones humanas, configurando
las condiciones para un desarrollo emotivo y personal optimo basándose en las
teorías de la comunicación, en la explotación de sí mismo y en la facilitación
del crecimiento personal.
Ø La
inclusión de la teoría de la jerarquía de valores que, evitando posturas de
adoctrinamiento o prescriptivas, desarrollar
en cada individuo habilidades funcionales para su personal toma de
decisiones dentro de una perspectiva de desarrollo moral y ético.
Ø La
tendencia a adoptar el concepto de la orientación es una forma más de
instrucción, por lo que el desarrollo curricular hace precisa una estrecha
cooperación entre profesores y orientadores y hace que estos progresivamente
devengan facilitadores del currículum.
La
orientación profesional debe replantear sus funciones y protagonismo desde una
perspectiva más compleja, relacionada además, con las nuevas tendencias de la
educación para la carrera o preparación para la vida profesional futura. Este
replanteamiento exige tener presentes las siguientes premisas:
1. La orientación actual debe ser no sólo un
proceso por el que se ayuda al joven a transitar, sino el conjunto de programas
que ayuda a los individuos de toda edad
y circunstancia a vivir vidas más eficaces y provechosas y a desarrollar sus
funciones de ciudadanía.
2. La orientación ha de dejar de ser un servicio
que se presta en momentos de crisis para prevenir un programa comprensivo que
fomente el desarrollo humano desde la primera infancia hacia la adultez
basándose en las necesidades no sólo personales, sino sociales.
3. La
orientación ha pasado de estimar las aptitudes e intereses de los individuos a
ayudar en el desarrollo de destrezas para el propio conocimiento.
La
formación profesional para la transición escuela/vida adulta es una modalidad
de la formación profesional clásica, el componente esencial de los programas de
transición es proveer al joven de una serie de herramientas para que reflexione
con realismo sobre su papel en la ciudadanía y en la vida del adulto. La
transición es un proceso, no un paso, que se inicia al optar por seguir unos u otros
estudios que suelen terminar con la incorporación a la sociedad adulta con un
empleo.
Los
objetos académicos que deberán alcanzarse serian:
- Conocer las oportunidades educativas y laborales que existan.
- Conocerse a sí mismo de una forma realista, deshaciendo los tópicos y los estereotipos profesionales.
- Aprender a tomar decisiones sobre el propio futuro profesional, considerando las distintas alternativas y conocimientos fácilmente trasladables al desarrollo curricular.
- Poseer conocimientos y desarrollar destrezas para solucionar los problemas de las transiciones.
Los
programas de orientación específicamente diseñados para las transiciones
deberán crear vínculos escuela/empresa, definiendo muy específicamente cuales
serán los correspondientes papeles de una y otra planificación. Los programas
de orientación en la transición deberán responder a los problemas de la
sociedad y a las necesidades de los orientados, así como estar definitivamente
provistos de profesionales competentes, capaces de cubrir los aspectos mínimos.
Cualquier planteamiento orientador precisa un marco de referencia y político
que facilite la puesta en marcha de sus fases y la correcta organización y
distribución de los recursos.
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